Odio la poesía barata, esa que te promete vidas, corazones, amores, eternidades, felicidades. Odio la poesía basura, esa que es de colores pasteles, esa que sale de los dedos faltos de callos. Odio como se convierte al amor en figura omnipotente, solvente universal. No soporto las flores gratis, no soporto las lluvias de pétalos ni rodearme de perfumes seductores. Me cargan las metáforas que hacen referencia a la dedicación y la cocina. Sobre todo, me carga la poesía vacía. Barata. Basura. "Yo creo que los rayos del sol no fueron hechos para mí". Y que el Grunge me hace pensar que no debo probar más drogas en mi vida, pues corro el riesgo de morir de sobredosis sin muchas excusas válidas.